Muchas prácticas pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de una granja, incluidas las técnicas alternativas de manejo del estiércol y el uso de energía renovable. Otras prácticas que acumulan materia orgánica en el suelo, como los cultivos de cobertura, el compost, las plantas perennes y la labranza de conservación, pueden secuestrar carbono en el suelo. Centrarse en la salud del suelo y diversificar las empresas agrícolas son dos ejemplos principales de cómo las granjas pueden adaptarse a los fenómenos meteorológicos extremos asociados con el cambio climático.

Man posing with solar panels and a water pump on his property

Adaptación al cambio climático a través de decisiones basadas en datos

Proyecto SARE FNC19-1182

Al igual que muchos otros agricultores, Jeff Miller de Prairie Wind Family Farm en Grayslake, Illinois, ha descubierto que el clima cada vez es más extremo e impredecible y está dificultando cultivar de manera constante, que es necesario para la gestión de un negocio viable. Por ejemplo, las lluvias más intensas y frecuentes durante la temporada de crecimiento provocan un aumento de las enfermedades en su granja de hortalizas de 40 acres, así como la pérdida de cosechas debido a las inundaciones. En un intento por adaptarse a esta nueva realidad, Miller utilizó una subvención de SARE Farmer/Rancher para utilizar imágenes de drones y datos de estaciones meteorológicas con el fin de evaluar mejor los impactos del clima extremo en sus campos y cultivos. Miller usa estas herramientas para mejorar el manejo durante la temporada, como el momento de la labranza, el cultivo y el riego, la planificación fuera de temporada y como modificar las rotaciones de cultivos en función de cómo responden los campos individuales a los patrones de lluvia extrema. 

El destete precoz como estrategia de manejo de la sequía

Proyecto SARE OW18-013

El cambio climático está trayendo sequías y olas de calor más intensas a los pastizales anuales de California, lo que obliga a los ganaderos buscar una amplia gama de herramientas de adaptación si quieren sobrevivir. Una estrategia de manejo de la sequía que es familiar para los ganaderos en otras partes del país es el destete precoz, pero no se ha estudiado tanto en California, donde el parto ocurre en el otoño en lugar de la primavera. Utilizando una beca SARE Professional and Producer, un equipo de ganaderos y especialistas de la Extensión de la Universidad de California estudiaron el efecto del destete temprano en la producción de pastos y el rendimiento de las vacas y los terneros. El equipo, dirigido por el asesor de Ganadería y Recursos Naturales Dan Macon, analizó la economía de las diferentes opciones de destete y alimentación, y creó una herramienta de toma de decisiones que ahora está ayudando a los ganaderos a evaluar cuales estrategias de manejo de la sequía podrían funcionar mejor para su situación.

Reducción de las emisiones de metano y mejora de la economía de las lecherías que alimentan forraje

Proyecto SARE LNE16-352

Los productores lecheros que alimentan con forraje siempre están buscando formas de extender la temporada de pastoreo y reducir la cantidad de alimento que necesitan comprar. Un enfoque prometedor para los productores lecheros del noreste es utilizar brassicas anuales, que también pueden reducir las emisiones de metano, un importante gas con efecto invernadero. Con el apoyo de una subvención de Investigación y Educación de SARE, un equipo de investigación multiestatal dirigido por Kathy Soder, científica de animales del Servicio de Investigación Agrícola del USDA, demostró que la canola, los nabos y la colza forrajera producen casi el doble de forraje durante el otoño que el centeno anual más comúnmente utilizado. Estas brassicas también producen de dos a tres veces más proteínas y energía que el centeno, lo que prolonga significativamente la temporada de pastoreo y mejora la productividad animal. Al mismo tiempo, la producción de metano de las vacas que pastan en estas brassicas es aproximadamente un 50% menor que cuando pastan en centeno.

Investigación a largo plazo sobre sistemas de cultivo resilientes

Proyectos SARE  LS18-303,  LS15-267  y LS12-247

A medida que los patrones climáticos continúan cambiando y los fenómenos meteorológicos extremos ocurren con mayor frecuencia e intensidad, los agricultores necesitan información confiable sobre cómo hacer que sus sistemas de producción sean más resilientes. Para los agricultores del sureste, un recurso invaluable es el ensayo de Investigación de Sistemas Agrícolas a Largo Plazo del Centro para Sistemas Agrícolas Ambientales, un proyecto multidisciplinario que compara el desempeño de cinco sistemas agrícolas desde muchas perspectivas. Un hallazgo clave del grupo, que ha recibido el apoyo de tres subvenciones de investigación y educación de SARE en los últimos 10 años, es sobre la mayor resiliencia de algunos sistemas sobre otros. Con su investigación que abarca más de dos décadas, están descubriendo que los sistemas de cultivo que rotan los pastizales con cultivos anuales y utilizan el manejo orgánico han mejorado las condiciones del suelo, haciéndolos más productivos y resistentes frente a las amenazas relacionadas con el clima en comparación con sistemas menos diversos.